Realmente ya no sé qué decir al respecto. Aunque lo niegue, ocupas las tres cuartas partes de mi cabeza. Te veo y sonrío, como si fuera bueno verte. Pero hace tiempo me dí cuenta de que nada de lo que siento es como lo digo, o como lo expreso. Porque sos, sin lugar a dudas, un objetivo a cumplir. Sos la pieza faltante al rompecabezas, que claro, está adelante mio y no la quiero ver. Sos, nada más ni nada menos que una carga para mi conciencia. Un peso sobre mi espalda, algo que me estuvo molestando por meses. Pero a partir de ahora, le doy el cierre a todo esto, porque claro, toda buena historia, tiene un buen final. Empecemos de cero; hola, María Carolina Villarruel, ¿vos sos?
jueves, octubre 22
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